Hace dos semanas denuncié abiertamente los asesinatos de George Floyd, Ahmed Aurbery, y Breonna Taylor. Asimismo, los abusos de I.C.E. y de los centros de detención para con la comunidad inmigrante y latina. La semana pasada, presenté la primera parte de “¿Qué es el racismo en los Estados Unidos?”. Y compartí cómo durante el tiempo de las trece colonias el sistema de esclavitud dio inicio a un sistema de poder estructural, en el que la riqueza de los colonizadores creció por la explotación y las vidas dejadas en los campos o en las contrucciones de los esclavos traidos de Africa. Esta semana deseo abordar la representación simbólica y mítica de Los padres fundadores, cuya importancia ha sido de influencia determinante en la época, post-independentista y moderna de los Estados Unidos, y cómo la construcción de su imagen definió el privilegio del hombre blanco que se muestra hasta nuestros días.
1776 marca el año de la declaración de independencia de las trece colonias inglesas, que se llevó a cabo en la ciudad histórica de Filadelfia. La independencia dio pie a la república naciente, cuya primera bandera fue representada por trece estrellas blancas que forman un círculo en el recuadro superior izquierdo del rectángulo con fondo azul, y trece barras horizontales que se alternan entre rojas y blancas. Betsy Ross, fue la creadora de la primera bandera de los Estados Unidos, y cuya casa se ubica en la calle de Airy entre las calles 3 y 4 de la zona conocida como Old City en Filadelfia.
Trece años después de la declaración de independencia se redactó y firmó la constitución de los Estados Unidos en el mes de septiembre del año de 1787. Quienes han tenido la oportunidad de ir al Consulado de México en Filadelfia podrán ver a unos metros del edificio “The Bourse”, el recinto conocido como “Independence Hall”, y enfrente el museo de “La campana de la libertad”. La historicidad del “Independence Hall” nos remite a la convención constitucional de 1787 en la que un grupo de pensadores y politólogos conocidos como Los padres fundadores firmaron el documento. El documento y el grupo de pensadores han venido a ser piedra angular de cómo se narra la historia de los Estados Unidos, y cómo se define la identidad estadounidense. Entre Los padres fundadores se encontraban Benjamin Franklin, -fundador de la Universidad de Pennsylvania, científico, inventor, escritor, y filósofo-. George Washington, – general de la revolución y primer presidente de los Estados Unidos-. Thomas Jefferson, -redactor del acta de independencia y tercer presidente de los Estados Unidos-. James Madison, -redactor de la constitución-. Varios de ellos tuvieron esclavos negros, -en el caso de Benjamin Franklin desde 1750 fue un abolicionista, pero su idea no prevaleció para influir en el inicio de los Estados Unidos-. Con los Padres Fundadores surgen tres “dogmas” y mitos intocables de la historia estadounidense que hasta el día de hoy marcan la identidad del país, “dogmas” que deseo comentar.
Primero, dan paso al patriarcado blanco que ha dominado a los Estados Unidos. Los padres fundadores fueron todos hombres blancos y varios fueron dueños de esclavos. En su idea de república y democracia, se declara en la constitución: “todos los hombres son creados iguales”, sin embargo, se referían únicamente a los hombres blancos, de haber pensado lo contrario hubieran abolido la esclavitud. Por lo tanto, la definición de hombre común que se vería beneficiado con el sistema social, económico y político naciente se definía como: varón y blanco. Esto confirma lo que ya tantos historiadores han mencionado, la independencia de la corona inglesa, similar a las independencias Latinoamericanas, fue una independencia blanca para librar a los descendientes de los colonizadores de los impuestos y del gobierno del monarca inglés, -en el caso de América Latina del monarca español-. La independencia de los Estados Unidos no constituyó un evento libertador para el esclavo. Todo lo contrario, fortaleció en las siguientes décadas y en el siglo 19, el sentido de la propiedad privada que incluía esclavos como fuerza para producir la riqueza del blanco.
Segundo. La imagen de los padres fundadores marca un privilegio de género en el sistema social que va así: Inicia con el hombre blanco, quien crea el gobierno, las leyes y los sistemas financieros, de tierra, de propiedad privada, de propiedad de esclavos para el beneficio del mismo, crea un ejército que expulsa a los indígenas de sus tierras, y en el que la mujer blanca ocupaba el segundo lugar de la escala social siendo representada por el esposo o el padre. Los esclavos, no contaban en la escala social y los indígenas continuaban siendo exterminados.
Tercero, marca un dogma que es estructura – estructurante. Es decir, la imagen histórica de Los padres fundadores sirve como argumento que legitima en distintas épocas y circunstancias las ideas y discursos políticos, de esta manera la imagen se re-interpreta y evoluciona de manera espiral. Así durante las campañas presidenciales, los padres fundadores son citados e interpretados tanto por los republicanos, como por los demócratas. Quizá la reinterpretación, fuera del partidismo político, más revolucionaria y rebelde fue la que hizo el Rev. Martin Luther King, Jr. cuando en el discurso de “I Have a Dream’ menciona nuevamente ese segmento y exclama: “todos los hombres son creados iguales”, mientras que para Los padres fundadores podía decir: “todos los hombres blancos son creados iguales”, para Martin Luther King, significaba “todos los seres humanos son creados iguales”. A pesar de esta declaración de Martin Luther King, tuvieron que pasar casi 50 años para que el primer presidente afroamericano llegará a la presidencia, de esta manera en los Estados Unidos, han sido 44 hombres blancos y 1 hombre afroamericano, -las mujeres blancas no han accedido al poder-. Estos últimos datos confirman la presencia definitoria de Los padres fundadores en la historia, la política, las prácticas sociales del ejercicio ciudadano, y el orden que los conservadores y fundamentalistas cristianos defienden a muerte: el patriarcado blanco.
Es importante entender los hechos históricos que con el tiempo se convirtieron en dogmas y mitos fundacionales, porque el racismo y el dominio de género en los Estados Unidos se construyó sobre la imagen de los padres fundadores.